¿QUÉ ES UN JUBILEO?
Es un año especial de renovación espiritual para la Iglesia,
Puede ser un jubileo ordinario (cada 25 años) o un Jubileo extraordinario. Los
años jubilares comenzaron con el pueblo de Israel: el antiguo Testamento dice
que cada 50 años, con el toque de un cuerno de carnero llamado Yovel (de ahí
viene Jubileo), se debía convocar a todos a un año de renovación en el que las
deudas quedaban canceladas, lo robado se restituía y los esclavos eran liberados.
Los católicos en el año jubilar nos acercamos más a Dios y a
su Iglesia y tratamos de vivir mejor la solidaridad y la misericordia con
nuestros prójimos.
EL AÑO JUBILAR 2025
El 2025 es un año jubilar dedicado a la Esperanza, que tiene
como lema “Peregrinos de Esperanza”. Comenzó con la apertura de las puertas santas
de las basílicas de Roma y, en nuestra diócesis de León, con la apertura de la
puerta jubilar en la Catedral 27 de diciembre del 2024. Durará hasta el día de
la Epifanía del 2026.
En León tenemos dos templos jubilares: la Santa Iglesia
Catedral y la Basílica de la Virgen del Camino. Además, hay dos lugares
jubilares dedicados a las obras de misericordia: el comedor de la Asociación
Leonesa de Caridad, situado en Puerta Obispo, y la residencia de ancianos de
Fontanil de los Oteros.
En todos estos lugares nos podremos beneficiar de la gracia
espiritual del Año Jubilar, que es la indulgencia plenaria, aplicable por
personas vivas o difuntas.
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal
por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y
cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual,
como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el
tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos (Catecismo de la Iglesia
Católica).
Las CONDICIONES
para recibir la Indulgencia total o plena son:
1.
Peregrinar a uno de los templos jubilares con fe
y entrar por su puerta santa. O bien, ir a uno de los lugares de misericordia y
realizar algún voluntariado en favor de las personas que son atendidas allí o
tener algún gesto de caridad con ellas.
2.
Confesar a un sacerdote los pecados graves cometidos
desde la última vez en que fuimos absueltos y hacerlo con deseo de conversión.
3.
Participar de la Misa en ese momento, o en otro,
y recibir la Sagrada Comunión.
4.
Rezar por la persona y el ministerio del Santo
Padre León XIV
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