miércoles, 16 de agosto de 2023

SAN ROQUE. ROBLEDO 2023



HOMILÍA DE LA FIESTA

Saludo a las autoridades locales y municipales, hermanos y hermanas todos:

La fiesta de san Roque, tan popular y querido en infinidad de parroquias  del mundo rural, nos vuelve a reunir en Robledo. Como comunidad cristiana en este templo celebramos los acontecimientos más alegres y los más tristes de nuestra familia de bautizados.

Hoy toca celebrar uno particularmente alegre: la fiesta de san Roque, que sigue iluminándonos con el ejemplo de su vida cristiana de caridad. 

San Roque descubrió, e hizo vida, esa máxima que dice “hay más alegría en dar que en recibir”. Descubrió el sentido de su vida y la fuente de su alegría en consagrarse al cuidado de los últimos entre los últimos en aquel tiempo: los enfermos de la peste.

En aquellos enfermos llagados, deformes y abandonados, a los que nadie se atrevía a acercarse, descubría san Roque el rostro de Jesús crucificado. Quería aliviar la pasión de Cristo aliviando la enfermedad de sus hermanos, recordando que nos dijo el Señor: “lo que hacéis a uno de estos, los más pequeños, a mí me lo hacéis”.

Como huérfano y heredero del gobernador de Montpellier podía haber llevado una vida de comodidades y molicie, pensando sólo en sí mismo, pero se dio cuenta de que “¿De qué le vale a un hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?”.

Como tantos otros jóvenes de la historia cristiana (San Francisco, San Ignacio de Loyola, san Antonio Abad y tantos otros...), que han querido llegar más allá de lo que el mundo considera normal y razonable, renunció a sus bienes y emprendió una peregrinación que tenía como meta las iglesias de Roma, la capital de la cristiandad.

Pero por el camino se le cruzaron los enfermos de la peste en Italia y san Roque entendió que el Señor, el mismo que quería encontrar en los templos romanos, estaba delante de él en los hermanos sufrientes. Peregrinaba hacia los templos de Roma y termino peregrinando hacia los enfermos hasta compartir con ellos su misma suerte y la enfermedad de la que se contagió.

Su ayuno de penitencia agradable a Dios fue el del profeta Isaías que hemos escuchado en la primera lectura: “soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, partir el pan con el hambriento, cubrir al que está desnudo y no desentenderse”.

Y dice el profeta: “entonces surgirá tu luz como la aurora”. Precisamente en la historia de san Roque ocurre esto, porque cuando el dueño del perrito que robaba un día tras otro el pan para llevárselo a Roque, que estaba enfermo en una cueva retirada para no serle gravoso a nadie, descubrió al ermitaño vio que de él manaba un resplandor que no era de este mundo. 

La luz de la caridad hasta el extremo era la que desprendía san Roque.

Los santos siempre desprenden la luz de Jesús, los de antes y los de ahora, también los santos cotidianos "de la puerta de al lado" que, como dice el Papa Francisco, comparten la vida con nosotros. 

"Vosotros sois la luz del mundo". Y hay muchos cristianos que viven consagrados a los enfermos en las casas, a los pobres en comedores sociales, a los huérfanos de la guerra o del sida en países del tercer mundo y desprenden la luz de Cristo, son su luz para el mundo.

Son los benditos del Padre, como les llama el evangelio que acabamos de escuchar.

El Papa Francisco en el encuentro con los jóvenes de la reciente JMJ (y aquí tenemos a varios de nuestros jóvenes que participaron) también les habló de brillar con la luz de Jesús a propósito del evangelio de la Transfiguración. Lo que les dijo nos vale a todos:

"Pero quisiera decirles que no nos volvemos luminosos cuando nos ponemos debajo de los reflectores, no, eso encandila.

No nos volvemos luminosos cuando mostramos una imagen perfecta, bien prolijitos, bien terminaditos; no, no, aunque nos sintamos fuertes y exitosos. Fuertes y exitosos, pero no luminosos.

Nos volvemos luminosos, brillamos, cuando, acogiendo a Jesús, aprendemos a amar como Él. Amar como Jesús, eso nos hace luminosos, eso nos lleva a hacer obras de amor. No te engañes, amiga, amigo, vas a ser luz el día que hagas obras de amor. Pero cuando en vez de hacer obras de amor hacia afuera, mirás a vos mismo, como un egoísta, ahí la luz se apaga"

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