DOMINGO XV TIEMPO ORDINARIO (B)

 LOS ELIGIÓ Y LOS ENVIÓ, NOS ELIGE Y NOS ENVÍA

COMENTARIO A LAS LECTURAS DE LA MISA

    El Señor nos ha dicho repetidamente que el Reino de Dios no es una obra humana, sino que es una obra divina en primer lugar. Podemos recordar dos parábolas en las que Jesús subraya esto: el Reino es como la semilla que crece de día y de noche, sin que el labrador sepa cómo, hasta dar la cosecha de espigas; el Reino es como la levadura que el panadero mete en la masa y lo fermenta todo, aunque no sepa explicar el proceso que se sigue.

    ¿Por qué puede llegar alguien a la fe?, ¿por qué puede aceptar el Evangelio de Jesús como la Buena Noticia liberadora y cambiar su vida? Es un misterio… ¿Por qué habiendo recibido la misma catequesis o viviendo en la misma familia unos tenemos el regalo de la fe y otros no? Es un misterio… 

    Pero lo cierto es que el Reino de Dios crece continuamente en nuestro mundo y un día, no sabemos cuándo, será pleno y lo llenará todo.

    Pero, ¡atención!, que sea en primer lugar obra de Dios no significa, ni mucho menos, que no cuente con nosotros, con nuestra colaboración. La Buena Noticia del Evangelio tiene que ser anunciada: para que la semilla crezca es necesario que haya quien la eche en la tierra, para que la levadura fermente es necesario que haya quien la mezcle con la masa. Y esa tierra y esa masa son, en primer lugar, los nuestros, los más cercanos.

    Una pregunta sobre esto: ¿por qué aceptamos, sin más, que nuestros niños y jóvenes ya no practiquen la fe?, ¿Dónde están si no están aquí, viviendo el domingo con nosotros, escuchando la Palabra de Jesús y recibiéndole en la eucaristía? Debemos pensar si estamos haciendo lo suficiente o si lo hacemos bien.

    Jesús llamado a sus seguidores más cercanos, a los Doce, y los envía con instrucciones bien precisas acerca de cómo deben ir a predicar por los pueblos y aldeas. Lo mismo había hecho antes Dios Yahvé con el profeta Amós y con tantos otros: lo llamó y envió a profetizar, aunque no era más que un pastor y labrador, no un profeta profesional experto en el uso de la palabra para convencer a las gentes.

    Esta es la vocación de todo bautizado y bautizada. Todo discípulo de Jesús está llamado a ser discípulo misionero, está destinado a ser enviado, a ponerse en camino, a compartir con sus hermanos y hermanas una Buena Noticia. Esta llamada exige una respuesta, y exige también la renuncia a ciertas comodidades y seguridades.

    Por eso Jesús envía a los discípulos solo con lo imprescindible para el camino, porque están llamados a confiar completamente en el que los envía y en la fuerza del mensaje que llevan. También nosotros hoy estamos invitados a fiarnos, a creer de verdad que la fe en Cristo da sentido a la vida, que salva, que sana, y que es lo que las personas, de cualquier edad o mentalidad, más necesitan. Si no estamos convencidos como creyentes de esto, es imposible que demos un testimonio convencido y convincente.

    Según el Evangelio de Marcos, Jesús envía a los Doce con autoridad sobre los espíritus inmundos y ellos salieron a predicar la conversión. No tenemos por qué pensar aquí solo en exorcismos especiales, como aparecen a veces en los evangelios. Convertirse es expulsar, con la ayuda de Dios, esos "espíritus inmundos" que contaminan nuestras relaciones interpersonales y fraternas, nos vuelven indiferentes al sufrimiento del hermano y la hermana, nos vuelven contra los que no son "de los nuestros". Cuando se acepta el evangelio esos espíritus inmundos son expulsados.

    Echar los demonios y curar forma parte de la misión de los enviados. Jesús les ha dado autoridad para eso. Y han de hacerlo de dos en dos, en Iglesia, sabiendo que la fe no se puede vivir si no es con otros.

    Hoy se nos está invitando continuamente a la misión, a dar testimonio, a ser profetas. Como dice el apóstol Pablo, en la lectura de hoy, hemos sido elegidos por amor, Dios nos ha destinado por medio de Jesucristo a ser sus hijos y hemos sido marcados con el Espíritu Santo prometido… ¿Cómo se lo vamos a anunciar a los demás?