Para nuestra sociedad, que aún mantiene algunas señas de identidad cristiana, pero tantas veces vacías de significado, el Adviento ya no existe. Lo que importa es adelantar cada vez más la Navidad para, de este modo, adelantar lo que verdaderamente importa: el consumo navideño.
Para los que queremos vivir el sentido cristiano de la Navidad, que no es una fiesta del consumo alocado, sino la celebración del amor infinito de Dios, que viene a compartir nuestra existencia, es muy importante que celebremos en familia el Adviento. Hacerlo con los niños en casa constituye un momento de encuentro familiar, de catequesis, de oración.
Como para los niños los ritos, los espacios, los símbolos son tan importantes, la Corona del Adviento puede ser el motivo ideal para reunirlos y vivir con ellos este tiempo de esperanza y fe.
1º HACEMOS JUNTOS LA CORONA DEL ADVIENTO
La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros de Europa (no olvidemos que nosotros también fuimos evangelizados) aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:
La forma circular
El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios
que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al
prójimo que nunca debe de terminar.
Las ramas verdes
Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos
su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras
vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión
más estrecha con Dios, nuestro Padre.
Las cuatro velas
Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega
al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue
dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como
las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que
encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada
de Cristo a nuestro mundo.
Sugerencias
a) Es preferible elaborar en familia la corona de Adviento
aprovechando este momento para motivar a los niños hablándoles acerca de esta
costumbre y su significado.
b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del
hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los niños de manera
que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de
prepararse bien para ese momento.
c) Podemos encender cada una de las velas en la tarde o noche del sábado, antes de entrar en un nuevo domingo, acompañándolo de la lectura del evangelio de ese domingo y de una breve oración espontánea en la que participen los niños. Así como con anticipación
preparamos la visita de un invitado importante, estamos haciendo esto con el
invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.
d) Es conveniente también distribuir las funciones entre los
miembros de la familia de modo que todos participen y se sientan involucrados
en la ceremonia.
2º BENDECIMOS EN FAMILIA LA CORONA
Por el bautismo todos participamos del sacerdocio de Cristo y estamos llamados a bendecir. la bendición del sacerdote en la Iglesia nos hace llegar la de Jesucristo Buen Pastor, pero también los padres cristianos representan a Dios Trinidad en su hogar, que es Iglesia doméstica; por eso pueden bendecir.
Después de confeccionar la corona, el padre o la madre pueden recitar esta oración:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de adviento para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos.
Rezamos el Padre Nuestro y un Ave María.
Al reunirnos en el momento escogido en familia para encender la nueva vela, debemos convertirlo en un encuentro sencillo de oración.
Primero hacemos la señal de la cruz.
Luego se lee el evangelio del domingo, que se pueden encontrar fácilmente on-line.
Por ejemplo en este enlace:
Se dialoga brevemente con los niños preguntándoles qué les parece la lectura y que resalten una palabra para esa semana de la lectura; por ejemplo: estad despiertos, preparad, cambiad...
Se reza un Padre Nuestro y un Ave María
Se enciende la vela y se canta o se escucha un canto del Adviento.
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