martes, 18 de junio de 2019

REFLEXIÓN GRUPO DE CARITAS (DOMINGO 16 DE JUNIO)



Buenos días a todos. Representamos al grupo de Caritas de nuestra Unidad Pastoral, sacerdotes y voluntarios. El próximo domingo, que se celebra la fiesta del Corpus, es el domingo de la Eucaristía y de la Caridad, dos realidades que no pueden separarse en la vida de un cristiano. Es por ello que hoy, como el año pasado, se nos encomienda a nosotros dirigiros esta breve reflexión, preparada con nuestros sacerdotes, como ambientación para la Jornada de la Caridad.

Hemos terminado el tiempo de la Pascua con la celebración de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés y hemos  vuelto de nuevo al  llamado tiempo ordinario. La Iglesia celebra hoy, una vez que Cristo resucitado ha vuelto al Padre y desde allí nos han mandado al Espíritu Santo, la solemnidad de la Santísima Trinidad. Hoy estamos invitados en la liturgia  dominical a acercarnos al ser de Dios en el que creemos, que no es un Dios solitario, sino una familia de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

No conocemos esto por medio de la reflexión, sino porque Dios se ha manifestado así en toda la historia de la salvación: como familia y comunión de amor, o sea la Santísima Trinidad. Así aparece en las lecturas que hoy se han proclamado. En la primera lectura del libro del Antiguo Testamento de los Proverbios, se nos habla de la creación, que es obra del Padre;  en la segunda lectura san Pablo entona un canto de alabanza a Dios, nombrando a las tres divinas Personas, por obra de Cristo estamos reconciliados con el Padre y el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado. Y en el evangelio según san Juan, Jesús promete que nos dará desde el Padre el Espíritu de la verdad,  que nos comunicará todo y que nos hace participar del mismo amor que une a Jesús con el Padre.

Podemos pensar que esto es un misterio, ¡y claro que lo es! Pero si cada uno de nosotros estamos hechos a imagen y semejanza del Dios Trinidad, que es  amor y comunicación, eso significa que sólo podemos ser felices, y llevar una vida plena, si realizamos nuestra vocación al amor y a la comunicación con los demás. 
Jesús vino a mostrarnos que el amor no es una palabra bonita, ni una idea sin más, sino que se ha de concretar en el servicio a los demás, especialmente a los más necesitados. Este amor real y concreto de Jesús lo vemos especialmente en la Eucaristía, en la que, por amor a nosotros, se hace pan y vino, dándonos su Cuerpo y su Sangre.
El mismo Señor que dijo “esto es mi cuerpo y esta es mi sangre” dijo “cada vez que disteis de comer a estos pequeños a mi me lo hicisteis”. Por ello el domingo de la Eucaristía es también el domingo de Caritas, que es el servicio organizado de las parroquias a quienes tienen más necesidad en nuestro entorno.

Los voluntarios de Caritas no ayudamos a una decena de familias de nuestros pueblos en nombre propio, sino en nombre de todos vosotros y gracias a vuestros recursos. Para este domingo próximo os pedimos la colaboración económica generosa a fin de que podamos seguir ayudando con vales alimentarios y otro tipo de ayudas, pero os pedimos también que sintáis Caritas como algo vuestro, y que si alguien siente la llamada a dar parte de su tiempo para mejorar la vida de los demás, se haga voluntario con nosotros.


Para terminar, así nos anima nuestro Obispo a celebrar el Día de la Caridad, en el Corpus Christi: “Nuestro culto a la Eucaristía, razón primera de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, es inseparable, por tanto, de la exigencia del amor fraterno, la caridad como actitud interior y como exigencia práctica y visible”

Muchas gracias por vuestra atención y colaboración.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

TERCER DOMINGO DE PASCUA (B)

              VOSOTROS SOIS TESTIGOS COMENTARIO  A LAS LECTURAS DE LA MISA Continuamos adelante en el camino alegre del tiempo pascual....