Para concluir el trimestre, y antes de la Navidad, hemos disfrutado de una jornada de convivencia, en la que estuvieron representados todos los grupos de nuestra Unidad Pastoral. Nos reunimos a las 18 horas en el salón parroquial de Villarrodrigo y comenzamos con un momento de oración.
La oración esta vez fue distinta: una contemplación del Belén, guiados por la carta del Papa Francisco Admirabile signum.
Cada figura que íbamos colocando, hasta formar un nacimiento, está cargada de significado: desde los animales hasta los Magos del Oriente; desde las lavanderas hasta el castillo de Herodes.
Y, en el centro, aquel que hace palpitar el pesebre, Jesús, el Emmanuel que nace para compartir e iluminar nuestra existencia sencilla y cotidiana.
Contemplar el Belén es una invitación a recuperar el asombro y el agradecimiento por el nacimiento del Salvador, que celebramos cada Navidad. Hacerlo de la mano del Papa fue un descubrimiento y una alegría para todos.
No podía faltar la mesa compartida en fraternidad ni los cantos de los villancicos, que alegran el corazón de quienes quieren celebrar la Navidad con sencillez cristiana.
Damos gracias a Dios por haber compartido este tiempo recuperando los lazos que la pandemia había debilitado.
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