El pasado Sábado Santo, el silencio que llenaba la iglesia desde los oficios de la tarde del Viernes Santo, en que adoramos la cruz redentora, se rompió en la noche con la alegre celebración de la Vigilia Pascual, una sola para toda la Unidad Pastoral.
A las 21:30 h., venidos desde las diferentes parroquias, nos congregamos en torno al fuego. El Fuego calienta, da vida y luz, y en la noche es imprescindible para saber por dónde se camina. Todo eso está simbolizado en el Cirio Pascual, que se enciende del fuego nuevo bendecido.
Guiados por la luz del Cirio y de nuestras pequeñas candelas, entramos en el templo para escuchar el anuncio gozoso del Pregón de Pascua: ¡El sepulcro de Cristo está vacío y el Señor ha vencido la muerte resucitando! La celebración es preciosa y está cargada de significado en sus tres partes: rito inicial de la luz, la escucha reposada de la obra de Dios en la historia de la salvación, con las lecturas amplias del Antiguo Testamento hasta culminar en el Nuevo, y el rito del agua con la profesión de fe bautismal y la aspersión del agua.
Y terminamos, antes de la fiesta final del compartir con este rito tan bonito de "enviar" el fuego pascual a cada una de nuestras parroquias con los cirios, portados por niños de cada pueblo. Allí estuvieron los cirios de Canaleja, Castrillino, Villanueva, Robledo, Villamoros y Villaobispo.
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN Y QUE EL SEÑOR JESÚS, QUE HA VENCIDO LA MUERTE POR NOSOTROS NOS INFUNDA ALEGRÍA Y ESPERANZA.
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